Los mismos con acentos diferentes, con formas distintas de nombrar las cosas, pero la misma cálida esencia humana, que tiende una mano, que comparte, que entrega a carcajadas su alegría, y lleva una nostalgia serena y esperanzadora.
Y allí en las escuelas remotas, aquellas sin infraestructuras aunque en los más inhóspitos lugares, en ese espacio de comunidad (común-unidad) germina la esperanza, en los ojos, en las sonrisas, en los cantos, en los juegos, en los proyectos titánicos de maestros y aprendices apasionados que siembran, riegan y cosechan los frutos de la Escuela. Buen Viaje!